Estamos en años prolíficos y fructíferos para la nueva narrativa peruana. Los narradores que vienen apareciendo en este nuevo siglo están demostrando no solo talento, sino también formación, y lo más importante: una convicción férrea con sus proyectos literarios.
Entre los narradores más interesantes, consigno a Marco García Falcón, Carlos Yushimito, Claudia Ulloa Donoso, Katya Adaui, Pedro Llosa, Leonardo Aguirre, Luis Hernán Castañeda y Jeremías Gamboa. Obviamente que esta es una lista mezquina, faltan varios; sin embargo, recomiendo que las miradas empiecen a centrarse en ellos, como una prueba tajante de que el buen momento internacional de la narrativa peruana no es bajo ningún punto de vista un hecho aislado.
A los mencionados se suma el escritor más original de su generación, Francisco Ángeles (Lima, 1977). A fines del año pasado, Ángeles sorprendió con la novela breve LA LÍNEA EN MEDIO DEL CIELO (Revuelta Editores). Novela compleja, pese a su brevedad; novela que exige la complicidad del lector; novela que seduce y trastorna.
Muchas veces la originalidad se ha visto como una suerte de salvavidas, se hace uso de un argumento no convencional, se lleva al límite la elasticidad de la palabra, se juega con las estructuras y zas, ya tienes tu libro original. Es por eso que la crítica trata con guante blanco a libros así, las reseñas “perdonavidas” cunden, no solo en Perú, sino en Latinoamérica, hasta en España.
Ahora, ¿qué tiene que ver el párrafo anterior con LLEMDC? Pues mucho, porque la novela de Ángeles es una verdadera e irrefutable lección de originalidad que no descansa en el capricho experimental. El autor nos ha entregado un libro que es tan realista como onírico, tan clásico como de vanguardia. ¿Cómo uno percibe esto? Pues a través de su estructura y del uso funcional del lenguaje en pos de la recreación de una atmósfera tétrica que es, a mi entender, la gran protagonista de la novela.
Tenemos a Ignat, un muchacho despreocupado, dispuesto a dejarse llevar; conoce a Virginia, quien le presenta a sus compañeros de trabajo, cuyas conductas extrañas dan a entender que están inmersos en una conspiración de tintes políticos. El contexto es opresivo, es fácil ubicarnos en un escenario manipulado por un gobierno dictatorial. Sin embargo, lo que parece ser una novela policial trueca en un juego de situaciones por las que nos topamos con un macabro asesinato colectivo cometido en un hotel, con un médico que relata historias de desaparecidos, con un viejo que trabaja en una funeraria y con un amante despechado.
Hasta aquí, un argumento lineal. Pero no. No es así. Es mi propia idea de la estructura de la novela, y he allí uno de los méritos de la misma: su estructura es circular y a la vez lineal; circular porque los personajes parecen estar alternando roles, Ignat puede ser el médico, como también el amante despechado, etc. Sin embargo, la atmósfera no pierde su sentido, sigue avanzando, no decae, porque lo quiere el autor es mostrarnos la lógica onírica del mundo interior de sus personajes.
Líneas arriba mencione el posible influjo del policial. Por sus características, la novela se inscribe en el policial enigma, en donde los hechos a seguir son suplantados por la deducción y el instinto, pero esta sobrepasa los parámetros de dicho género puesto que no se busca descifrar un misterio, sino el hacernos partícipes del regodeo testimonial sobre las falsas autodestrucciones, como una pesadilla de la que se quiere despertar, sabiendo sin saber que será peor la paz del ordinario mundo real.
Sorprende, sí, que una novela de este corte sea la carta de presentación de un escritor debutante. Ángeles nos demuestra que la originalidad sin riesgo es absolutamente nada, que la tensión narrativa no depende de la piromanía verbal. LA LÍNEA EN MEDIO DEL CIELO es de esos libros llamados a generar opiniones encontradas, pero nunca indiferencia, y eso no es poca cosa, es una gran cualidad que contadas veces se ve. Francisco Ángeles es un autor a quien deberemos seguir con lupa desde ahora.
Editorial: Revuelta Editores.
Entre los narradores más interesantes, consigno a Marco García Falcón, Carlos Yushimito, Claudia Ulloa Donoso, Katya Adaui, Pedro Llosa, Leonardo Aguirre, Luis Hernán Castañeda y Jeremías Gamboa. Obviamente que esta es una lista mezquina, faltan varios; sin embargo, recomiendo que las miradas empiecen a centrarse en ellos, como una prueba tajante de que el buen momento internacional de la narrativa peruana no es bajo ningún punto de vista un hecho aislado.
A los mencionados se suma el escritor más original de su generación, Francisco Ángeles (Lima, 1977). A fines del año pasado, Ángeles sorprendió con la novela breve LA LÍNEA EN MEDIO DEL CIELO (Revuelta Editores). Novela compleja, pese a su brevedad; novela que exige la complicidad del lector; novela que seduce y trastorna.
Muchas veces la originalidad se ha visto como una suerte de salvavidas, se hace uso de un argumento no convencional, se lleva al límite la elasticidad de la palabra, se juega con las estructuras y zas, ya tienes tu libro original. Es por eso que la crítica trata con guante blanco a libros así, las reseñas “perdonavidas” cunden, no solo en Perú, sino en Latinoamérica, hasta en España.
Ahora, ¿qué tiene que ver el párrafo anterior con LLEMDC? Pues mucho, porque la novela de Ángeles es una verdadera e irrefutable lección de originalidad que no descansa en el capricho experimental. El autor nos ha entregado un libro que es tan realista como onírico, tan clásico como de vanguardia. ¿Cómo uno percibe esto? Pues a través de su estructura y del uso funcional del lenguaje en pos de la recreación de una atmósfera tétrica que es, a mi entender, la gran protagonista de la novela.
Tenemos a Ignat, un muchacho despreocupado, dispuesto a dejarse llevar; conoce a Virginia, quien le presenta a sus compañeros de trabajo, cuyas conductas extrañas dan a entender que están inmersos en una conspiración de tintes políticos. El contexto es opresivo, es fácil ubicarnos en un escenario manipulado por un gobierno dictatorial. Sin embargo, lo que parece ser una novela policial trueca en un juego de situaciones por las que nos topamos con un macabro asesinato colectivo cometido en un hotel, con un médico que relata historias de desaparecidos, con un viejo que trabaja en una funeraria y con un amante despechado.
Hasta aquí, un argumento lineal. Pero no. No es así. Es mi propia idea de la estructura de la novela, y he allí uno de los méritos de la misma: su estructura es circular y a la vez lineal; circular porque los personajes parecen estar alternando roles, Ignat puede ser el médico, como también el amante despechado, etc. Sin embargo, la atmósfera no pierde su sentido, sigue avanzando, no decae, porque lo quiere el autor es mostrarnos la lógica onírica del mundo interior de sus personajes.
Líneas arriba mencione el posible influjo del policial. Por sus características, la novela se inscribe en el policial enigma, en donde los hechos a seguir son suplantados por la deducción y el instinto, pero esta sobrepasa los parámetros de dicho género puesto que no se busca descifrar un misterio, sino el hacernos partícipes del regodeo testimonial sobre las falsas autodestrucciones, como una pesadilla de la que se quiere despertar, sabiendo sin saber que será peor la paz del ordinario mundo real.
Sorprende, sí, que una novela de este corte sea la carta de presentación de un escritor debutante. Ángeles nos demuestra que la originalidad sin riesgo es absolutamente nada, que la tensión narrativa no depende de la piromanía verbal. LA LÍNEA EN MEDIO DEL CIELO es de esos libros llamados a generar opiniones encontradas, pero nunca indiferencia, y eso no es poca cosa, es una gran cualidad que contadas veces se ve. Francisco Ángeles es un autor a quien deberemos seguir con lupa desde ahora.
Editorial: Revuelta Editores.
Reseña publicada el 26 de febrero en Siglo XXI
No comments:
Post a Comment