Monday, December 21, 2009

La predominancia de las novelas de género

Seguramente este será un artículo relativamente polémico. A lo mejor se me acuse de antojadizo, apurado e irresponsable. Lo que motiva estas líneas es la lectura de los tres tomos de MILLENNIUM, la fabulosa trilogía novelesca del sueco Stieg Larsson (1954 – 2004).

No, no voy a adentrarme en los vericuetos existenciales de la protagonista Lisbeth Salander, menos en las pulsiones racionales de Mikael Blomkvist. Eso será trabajo para mi buen amigo y compañero de espacio crítico Herme Cerezo.
En lo personal, la lectura de estos monumentales títulos me llevó a pensar mucho en los géneros novelísticos que injustamente vienen siendo, desde hace décadas, muy subvalorados. Me pregunté con justa razón: ¿en qué momento se jodió la novela? Claro, los ríos de tinta de la parcela literaria más libre, se enriquecen con nombres imprescindibles en el imaginario de la literatura mundial, de quienes más de uno hemos aprendido, en especial sobre los logros de la forma y andamiaje estructural de los mecanismos de la ficción. Podemos citar un buen número de autores como ejemplo de aquello.
Hasta allí, todo bien. Seguimos siendo canónicos. Pero me pregunto, ahora sí esperando un tanteo de respuesta aunque sea: ¿qué papel juegan las novelas de género?, ¿pertenecen al segundo orden del arte de novelar?
Una de las características que signó los salones frecuentados por los señorones de las letras en el siglo pasado, fue la de catalogar todo lo popular como expresión artística menor. Durante mucho tiempo se pensó que mientras más obtuso fuera una expresión creativa, más cerca esta podía traspasar los derechos de admisión de los celadores del arte y del dizque buen gusto. Un ejemplo de lo expresado: La nueva novela francesa, corriente del cincuenta y sesenta felizmente hoy olvidada.
Son las novelas de género, muchas de ellas cobijadas por el rótulo de Best Sellers, las que han mantenido el espíritu vivo del siglo de la novela: la novela decimonónica. Una mirada somera sobre lo acontecido durante el XIX nos permite llegar a la conclusión general de que fue el ánimo totalizador lo que germinó la novela con voluntad de crónica, en la que todos podían ser protagonistas de una historia bien contada, a manera de novela-río como los rusos, a manera de novela-episodio como los franceses. En otras palabras, el tema, o asunto, como base de los cauces formales que se depurarían en el siglo siguiente.
Basta leer las entregas de escritores de género como Philip K. Dick, Robert Ludlum, Stephen King, Irving Wallace, James Ellroy, John Le Carré, Manuel Vázquez Montalbán, Raymond Chandler, etc.; cada quien en su sendero temático, como para saber que ellos, al igual que sus pares del siglo pasado, también querían dar cuenta de las vicisitudes del sujeto en la sociedad y de los avatares que lo absorben. Es por ello que, más allá de ser catalogados como escritores menores, estos no dejan de gozar los favores honestos del público lector, quienes son los verdaderos jueces a la hora de valorar un texto, y este reconocimiento se da porque estos autores de género la tenían (y tienen) muy clara a la hora de narrar: enganchar al lector con un argumento que no deje indiferente. Mientras se sigan escribiendo novelas que relaten una historia, la novela como género supremo de libertad temática y formal no se verá socavada por aquellas incursiones llevadas a cabo de espaldas al lector, que también son válidas, pero no determinantes al detallar los alcances naturales de la novela como tal.
Publicado en Siglo XXI

Saturday, December 12, 2009

DEMOLER "Rock peruano 1965 - 1975"

El mayor acontecimiento libresco del año en Perú es, sin lugar a dudas, la publicación de DEMOLER “Un viaje personal personal por la primera escena del rock en el Perú 1957 – 1975” (Revuelta Editores), del escritor Carlos Torres Rotondo.

En casi trescientas páginas Torres Rotondo rescata a los protagonistas de la generación que formaron una de las escenas rockeras más importantes en el imaginario hispanoamericano de los sesenta y setenta. Para muchos entendidos –y sin afán de caer en el barato chauvinismo- la movida rockera peruana llegó a ser la mejor. Por ejemplo: la banda limeña Los Saicos es considerada como uno de los grupos fundacionales del Punk, lo que le ha valido ser catalogada en el curso de los últimos años como una agrupación de culto a nivel mundial.
Si DEMOLER como libro goza ya de un justo reconocimiento unánime, no debemos dejar de lado el cd homónimo de este, que acaba de ser lanzado al mercado gracias al melómano y productor musical Andrés Tapia y su importante sello Repsychled Records.
Una muestra musical que patentiza en sonido lo relatado por el escritor. El productor Tapia se embarcó en una empresa harto difícil de lograr: seleccionar lo que a su parecer vendrían a ser los temas más representativos de las bandas peruanas que irrumpieron en la movida musical latinoamericana. Imagino que el trabajo de selección de Tapia debió ser parecido al que realiza un antólogo, en el que es posible equivocarse en la escogencia, pero sea como haya sido este proceso en el que no pocas veces se libran batallas interiores –lo sé bien porque tengo “algo” de experiencia en antologías-, queda claro que el oído de Tapia estuvo animado por el espíritu de la ambición al elegir dieciocho temas que no tienen pierde.
En el cd podemos entonces disfrutar de canciones como “Demolición” de Los Saicos (su estribillo “demoler, demoler, demoler”, como puede colegirse, titula tanto al libro y cd), “Meshkalina” de Traffic Sound, “No me dejes” de Los York´s, “La tempestad” de Tarkus, “Cariño grande” de Zulu, “Sétima patrulla” de Los Belking´s, “Something going” de Telegraph Avenue, “Mira bien hermano” de Gerardo Manuel & V.C.P. y muchas más.
Como vivimos una época privilegiada en cuanto a la rapidez de las comunicaciones, DEMOLER, “rock peruano 1965 – 1974” puede ser escuchado y apreciado por todos los amantes del buen rock, en testimonio sonoro de una época en la que el gusto de hacer las cosas estuvo animado por el arrojo idealista y el amor por la vida. No por nada los nueve años en los que Tapia suscribe su selección son catalogados como los “años maravillosos” del rock no solo peruano, sino también latinoamericano.
Para los interesados en esta joya musical de colección: www.repsychled.com